martes, 11 de enero de 2011

Capitales inactivos


J es un empleado promedio. Lleva 5 años en la empresa. Llega todos los días temprano, trabaja 9 horas de lunes a viernes. Es cumplido en lo que se le asigna. Se ciñe a los reglamentos de la empresa. En lo que va de ese tiempo solo ha tomado vacaciones 2 veces.

No se hace problemas, ni se queja cuando se le carga con más trabajo. Su modesto sueldo le permite solventar sus gastos primordiales y uno que otro gustito. Sus jefes están contentos con su desempeño, pero no se lo hacen saber, por temor a que se relaje y baje los brazos.

A veces J quiere estudiar otras cosas relacionadas con el trabajo, pero no cuenta con recursos para financiarse los cursos. La empresa no le brinda facilidades y cuando lo capacitan, resulta que dichas ocasiones, aparte de ser pocas, son muy pobres. El ímpetu con el que aportaba se fue diluyendo al ver que su esfuerzo no era tomado en cuenta.

Por lo general llega del trabajo a casa cansado, con ganas de comer, ver TV y dormir. Romper la rutina no le es fácil, sobre todo si ésta requiere de un gasto de dinero.

El trato con sus compañeros de trabajo tiene sus altas y bajas, cualquier problema se soluciona con el tiempo. Los jefes solo intervienen cuando los problemas suben de tono. Fuera de ello, no les prestan mayor atención. El trato con los jefes directos es vertical, por más que ellos manifiesten lo contrario. Los canales de comunicación no son los mejores.

Su sueldo como su empleo no se ha movido desde que ingresó. La empresa está creciendo y la carga laboral también, pero eso no se traduce en un aumento de sueldo. J renunciaría al trabajo, si es que recibe una oferta mejor, pero como no está actualizado, es consciente que no podrá aspirar a mucho. Entonces se resigna a seguir con lo que viene haciendo desde hace  5 años.

¿Cuántas veces hemos escuchado o visto esta historia? Si bien cultivarse depende de uno mismo, las empresas deben jugar un rol importante en el desarrollo de un colaborador dentro de la compañía. ¿Quién mejor que un trabajador formando e identificado con la empresa para conocer y afrontar los desafíos que se presentan en ella? Capacitar y promover, en vez de buscar talentos fuera, es la fórmula que utilizan muchas empresas exitosas. El problema de la gran mayoría es que siguen subestimando el capital sobre el que descansan.

(Imagen: Salvador Dalí- The businessman)